¡Hola lectores! Hoy os traemos la reseña de “Cinco inviernos” de Olga Merino, una crónica a través de los cinco años después de la disolución de la antigua Unión Soviética donde vivió la autora.  Primero agradecer a  Penguin y su sello Alfaguara el envío de un ejemplar. 

SINOPSIS

«No quería perder ni una migaja ni que el recuerdo distorsionara la experiencia de Moscú. Tenía entonces veintiocho años recién cumplidos, una edad en la que, como escribió Vila-Matas, “yo estaba tan disponible ante la vida que cualquier disparate se podía infiltrar en ella y cambiármela”».

En diciembre de 1992, poco después del derrumbe de la Unión Soviética (del que se han cumplido treinta años en 2021), Olga Merino preparaba las maletas para instalarse en Moscú como corresponsal. En la capital rusa Merino vivió cinco inviernos, en la vorágine de un cambio de época que marcó también un antes y un después en su vida personal.

Este diario íntimo de una joven que, inmersa en la cultura rusa, persigue el sueño de ser escritora, el prestigio profesional como periodista y el amor pleno y sublime queda anotado en el momento presente, poniendo en contraste de forma magistral la voz de hoy con la de aquella muchacha idealista.

OPINIÓN PERSONAL

Este libro Cinco Inviernos, la última entrega literaria de Olga Merino, publicada por Alfaguara, nos enseña el viaje emocional y físico por sus cinco años de estancia como corresponsal de El Periódico, en Rusia, entre 1993 y 1998. La autora abre su diario y nos lo enseña a través de estos cinco años, mostrándonos como era la población del Moscú de la época, un país y una ciudad que no puede estar más de actualidad ahora mismo.

Contándonos sus vivencias como periodista, Olga Merino alterna la voz de como era en aquellos años en los que era una joven periodista con la de ahora que es una mujer madura. La joven aspira a escribir y la escritora se cuestiona a sí misma como periodista. Intenta observar un país totalmente nuevo y diferente al nuestro y lo que hace es empaparse de la literatura de ese país para intentar entenderlo. Y como corresponsal va observando todo lo que ocurre a su alrededor de una manera cercana captando todo lo que ve.

La autora narra momentos muy difíciles como la guerra en Chechenia, reflexionando y haciendo crítica de los hechos reflexionando sobre ellos. Esos años anteriores a los viajara la autora fueron los de la disolución de la antigua Unión Soviética como la conocíamos y desde que llega a ella es la entrada del capitalismo pero de la manera más bestial, relatándonos además las carencias que sufrió la población en esos años.

También nos enseña la mentalidad y la cultura que tienen que cuando las cosas van mal ellos repiten siempre una expresión que viene a decir “viviremos y veremos”, es como si estuviesen entrenados para pasarlo mal después de todo lo pasado en el siglo XX a lo largo de todo él.

Además nos enseña bastante vocabulario ruso con el que podamos aprender algo de este país que va más allá del vocabulario, por ejemplo la bolsa con la que recogen frutas del suelo que la llaman “avoska” que traducida significa “por si acaso” costumbre cogida de todo él hambre que han pasado a través de los años, siempre salen con una a la calle.

Al principio del libro el lenguaje puede parecer más humorístico y más como una descripción de la cultura y como viven, su economía y las propias reflexiones de la autora sobre su vida allí y como va construyendo su propia personalidad.

No es un libro que cuenta una historia sin más, es un libro que te hace pensar en una sociedad y una cultura muy diferente a la nuestra, además no puede estar más de actualidad y no sabemos qué pensará el pueblo ruso de la situación actual. 

By Puri Rg